No te sientas culpable si no eres ‘productivo’ durante el confinamiento


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No tienes por qué sumarte a la hiperproductividad que se vive estos días a causa de la cuarentena: frena, para, no hagas nada si es lo que quieres.

Reconócelo: ni te apetece hacer una clase de yoga en directo, cocinar ese bizcocho al horno, cambiar la decoración de tu piso, sumarte al último reto viral de Instagram, leerte el libro más existencial de tu vida, que te pasen una lista con mil películas pendientes o hacer videollamadas con personas que, si no fuera por esta situación, podrías estar meses sin hablar. ¿Qué nos está pasando?

Que vivimos en un mundo hiperestimulado y en el que constantemente se está midiendo nuestra eficiencia e implicación laboral y social, siendo una realidad que llevamos años arrastrando en nuestras espaldas.

El problema llega cuando se declara un estado de alarma en el que, por el momento, nos obliga a la mayoría a mantenernos en casa al menos durante un mes (y probablemente sea más). Parémonos a reflexionar sobre cómo estamos llevando a cabo esta situación extraordinaria: si estamos haciendo lo que de verdad nos apetece o, si por el contrario, estamos dejándonos llevar por la corriente de ese ruido llamado sociedad.

LA HIPERPRODUCTIVIDAD, EL FOMO E INSTAGRAM COMO ARMAS DE DOBLE FILO

Durante este confinamiento, muchos perfiles de Instagram o directamente grupos de WhatsApp nos ofrecen una larga lista de actividades para hacer -tal y como se mencionaba unas líneas más arriba- e, incluso, se han puesto de moda los challenge en los que nos animan a imitar a famosos y figuras públicas en distintos retos que lanzan en sus redes sociales.

“Todo esto puede motivarnos y proporcionarnos muchas ideas para no aburrirnos y mantenernos activos. Sin embargo, también puede generarnos ansiedad y frustración si no nos sentimos identificados con dichas actividades o, simplemente, porque no nos apetece hacerlas”, indica a Traveler.es Anna Llebaría (Coach certificada por la Asociación Española de Coaching).

No todas las personas vamos a vivir de la misma manera esta cuarententa porque no todos tenemos los mismos factores que nos condicionan nuestra rutina diaria. “Cada uno de nosotros somos diferentes y cada persona reacciona a la misma situación según su propia personalidad y vivencias. También tiene mucho que ver cómo te haya impactado el momento actual: pensemos que muchas personas están pasando la propia enfermedad o tienen a seres queridos contagiados, hospitalizados, o incluso los han perdido. Por eso, ninguna forma de reaccionar es la correcta o incorrecta. Lo importante es que sepamos gestionar nuestra propia situación lo mejor que podamos para que no afecte negativamente a nuestro bienestar y salud emocional», continúa Llebaría.

Ahora tenemos más tiempo disponible del que solíamos tener para estar en nuestra vivienda habitual, lo que provoca un aumento del consumo de Internet y de las redes sociales. “Lo que sucede es que cuanto más tiempo estamos online, más incrementa nuestra necesidad de seguir conectados y, a su vez, nuestra dependencia a las redes. Los estudios demuestran que dicha dependencia produce ansiedad y reduce nuestra autoestima, así que debemos estar atentos de hacer un buen uso de las redes y evitar dedicar demasiado tiempo a ellas”, comenta Anna Llebaría.

Por su parte, la comunicadora Alma Andreu -aka @soylaforte– afirma que “la hiperproductividad es lo que ha quedado en evidencia con esta crisis. Que el multitasking está muy bien pero te acaba sumiendo en una ansiedad del copón. La vida nos ha encerrado en casa y nosotros va y llenamos cada minuto como si estuviésemos fuera con nuestra rutina habitual”. Y eso no puede ser.

Es justo entonces cuando entra en juego nuestra culpabilidad por no sumarnos al bullicio de las redes sociales, lo que la sociedad dicta sobre cómo se debería vivir un confinamiento. “La culpa aparece cuando entran en discordia lo que creemos que deberíamos estar haciendo con lo que en realidad estamos haciendo. Ser autoexigente en exceso, las obligaciones autoimpuestas y compararnos con otras personas, son los factores que causan este sentimiento de culpa”, indica Anna.

Por ello es de vital importancia escucharse a uno mismo y ser consciente de nuestras necesidades reales. Debemos dejar de compararnos con lo que hacen los demás y aprender a ser fieles a nosotros mismos. ¿Que no te apetece hacer esa clase de yoga a la que asisten cada día tus amigas o subir esa fotografía a stories con el nuevo reto de turno? ¡Pues no lo hagas!

NO TODO ES REAL EN LAS REDES SOCIALES

La psicóloga y sexóloga Judith Viudes recuerda que “Instagram puede ser una buena herramienta para entretenerse y estar en contacto con los familiares, amigos, conocidos, etc. Pero es importante recordar que en las redes solo se muestra una parte de la realidad, la parte que cada quién decide mostrar”.

Alma Andreu sabe bastante de ello: combina como puede su faceta de comunicadora en diferentes medios, con su perfil de Instagram que cuenta con más de 100.000 seguidores o su podcast ‘Mi Patio de Vecinas’. “Instagram, como todo lo que vemos a través de una pantalla, es interesante si cada uno lo filtra según su experiencia, sus habilidades sociales y su sentido común. Nada de lo que vemos, ni por las redes ni en lo medios es 100% real, así que creo que ahora, igual que antes, debemos darle a las redes sociales la importancia (y el tiempo) justo”, sugiere Alma.

Yo diferencio bastante el carácter que tiene la Forte del carácter que tiene Alma. Mi trabajo y mi vida personal están mezclados pero no agitados. Parece que cuento mucho pero obvio que no transmito ni un 5% de mi vida personal. Muchas veces, interactúo con el público cuando estoy hecha polvo y lo digo abiertamente; otras, me visto del personaje y hago mi trabajo”, continúa.

Conclusión: también necesitamos espacio para la procrastinación.

TENEMOS TODO EL DERECHO A NO QUERER HACER NADA

“Durante estas semanas pueden surgir todo tipo de pensamientos y generar emociones varias. Sentimientos como la tristeza, la rabia, el miedo o la ira, pueden aparecer y no pasa nada, es saludable expresarlos. Está bien atenderlos y dejarles un espacio para que salgan. Lo importante es no quedarse ahí, si los dejamos pasar, también estamos dejando que se marchen”, indica Judith Viudes.

Tal y como sugiere Anna Llebaría: “El mejor antídoto frente a la culpa es aceptar la situación y responsabilizarse de lo que sí está en tus manos hacer, en lugar de bloquearse en lo que no puedes cambiar”.

Puede ser un buen momento de pararse y pensar qué es en lo que verdaderamente podemos llenar nuestros vacíos diarios en los que normalmente estaríamos fuera de casa. Pero debemos hacerlo porque de verdad QUEREMOS HACERLO, no porque nadie nos lo diga. Mucho menos debemos compartirlo en Instagram si no nos apetece. Nadie tiene por qué saber en qué inviertes tú tiempo, si es solo tuyo. Deja la culpabilidad a un lado y comienza a vivir tu confinamiento como de verdad quieras vivirlo.

“De hecho, creo que esta cuarentena es un momento para parar y revisarnos interiormente. Para hacer un STOP obligado y dejar de organizar horarios y calendarios a tres meses vista. Una cosa es comprar unos vuelos para las vacaciones y otra cosa es dar citas a tus amigos para dentro de cinco semanas. Así que sí, NO HACER NADA esta cuarentena debería ser el mood”, indica Alma Andreu.

LA IMPORTANCIA DE NO CAER EN LOS EXTREMOS

A muchas personas esta situación crítica qpuede generarles tal preocupación que no se sientan con fuerzas para hacer ninguna actividad. Y eso es totalmente lícito. Sin embargo, por lo que dicen las autoridades, parece que este confinamiento va a durar más de lo previsto inicialmente, por lo que es importante que estemos alerta de no quedarnos demasiado pasivos si no queremos caer en dinámicas que afecten a nuestra salud física y mental de forma negativa.

Love Actually

Debemos estar alerta y no caer en los extremos © Love Actually

“Y por eso es igualmente válido motivarse para hacer tareas y poner en marcha proyectos pendientes o retomar hobbies que hemos dejado de lado. E igual de lícito es parar y relajarse, reflexionar y no hacer nada. Precisamente en esta situación de aislamiento hay tiempo para todo. Lo importante es no estancarse por largos períodos en uno u otro lado: es decir, hay que evitar quedarse en los extremos”, comenta Judith Viudes.

A pesar de todo, es recomendable durante esta cuarentena cumplir con unos mínimos que se podrían resumir en las siguientes premisas:

  • Sigamos velando por nuestra salud física y emocional.
  • Fijarnos nueva rutinas y horarios adaptados a nuestra nueva realidad que nos ayudarán a mantener el equilibro.

-Ser paciente con la situación, mantener la calma y seguir las recomendaciones de las autoridades.

  • Ser compasivos y empáticos con aquellas personas con las que vivimos, especialmente con los más pequeños y los más mayores (los más vulnerables de esta situación).
  • Diferenciar de nuestras rutinas entre semana y el fin de semana, horarios más flexibles y con unas actividades más relajadas para no sentir que vivimos en un día de la marmota constante.
  • Destinar tiempo para el ocio, la procrastinación y el ejercicio físico.
  • Despídete del FOMO (Fear Of Missing Out) para dar paso al JOMO (The Join Of Missing Out).
  • Cómo no, llevar unas rutinas de higiene y cuidado diario. ¡Y quítate el pijama cuando te levantes!
  • Al aburrirnos, dejaremos volvar nuestra creatividad y es justo entonces cuando surgen las mejores ideas.
  • Reflexionar sobre el mundo al que queremos volver una vez pase todo esto, porque pasará. De nuestra mano depende regresar a lo de antes o luchar por intentar cambiar las cosas.
  • Y por último y casi lo más importante: priorizar lo que es realmente valioso en esta vida. El dichoso COVID-19 nos está enseñando a valorar y agradecer más lo que hasta ahora dábamos por supuesto: la salud, la familia, los amigos, el tiempo o la libertad. ¡No nos olvidemos de ello cuando salgamos de vuelta al exterior y volvamos a conquistar las calles!

Fuente: https://www.traveler.es/viajeros/articulos/parar-no-hacer-nada-confinamiento-cuarentena-redes-sociales/17715

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