«Las situaciones que no son normales, como ésta, siempre dejan secuelas psicológicas»


Mariano Vera./G. M.

Mariano Vera, presidente del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Oriental

Ese es el deseo de Mariano Vera, decano del Colegio Oficial de Psicólogos de Andalucía Oriental, que trabaja sin descanso, consciente de que, además de la grave situación sanitaria, hay que estar preparados para dar respuesta a otro de los grandes problemas surgido de la pandemia y del confinamiento. «Esta situación no es normal, y al no serlo, causa una mella psicológica».

A medida que pasan los días, quedarnos en casa, «que es ahora lo imprescindible», puede llevar a la depresión, la tristeza, la soledad… «No todo el mundo está preparado mentalmente». Pero hay más. «Cuando volvamos a salir a la calle los problemas no desaparecen, porque hay personas que han perdido a sus familiares, que se han quedado sin trabajo, con muchas carencias y que no serán capaces de superarlo por sí mismos», subraya.

De ahí la importancia de la iniciativa del Colegio al poner en marcha en marcha, antes incluso de la declaración del estado de alarma, un comité de crisis –al que se unió también la demarcación occidental– «basado en la experiencia que vivimos con motivo del 11-M», recuerda.

Para Mariano, aquella tragedia hizo ver lo que ahora sentimos de forma generalizada, «nuestra vulnerabilidad». Entonces, como en esta ocasión, además del duelo por las víctimas y sus familiares, tuvieron que luchar contra el miedo irracional a las cosas más cotidianas, algo que se podría vivir cuando se levante el confinamiento.

Es lo que se denomina el ‘síndrome del encarcelado’, el que puede provocar que haya personas que se asusten ante la idea de volver a salir a la calle «porque lo pueden considerar peligroso». Están preparándose para ese momento pero, mientras, se ocupan de los colectivos que están en primera fila y de otros, también muy vulnerables como las mujeres maltratadas, las personas solas, los más pequeños de la casa… o las familias «que no están enterrando a sus muertos y que no pueden vivir el necesario duelo en compañía», indica.

Para cada situación hay que encontrar la forma de evitar secuelas mayores. Son sentimientos de los que, ahora mismo, no somos conscientes. «Es lógica la idea de irrealidad, porque nuestro cerebro no ha procesado aún el cambio tan brusco de costumbres», y reivindica el sentido del humor como «el mejor antídoto contra el dramatismo», porque, la ciencia lo confirma, «protege el sistema inmunológico». Por eso, es bueno –sin sentirse culpable– reír, y seguir saludándonos, aunque sea desde la distancia. «No pasa nada, al contrario, nos ayuda a recordar que estamos acompañados», remarca.

En permanente contacto con su equipo y las autoridades, sabe que «el teletrabajo como las redes sociales, son una gran ayuda», pero también hay que saber gestionar su buen uso para que no se conviertan en un problema añadido. «Necesitamos descansar y tener tiempo para nosotros mismos», para disfrutar de pequeños detalles como el «poder ver mejor a nuestros vecinos, ahora que el cambio horario provoca que a las ocho de la tarde sea de día». Un poco de luz nunca viene mal.

Fuente: https://www.ideal.es/granada/situaciones-normales-siempre-20200406215848-nt.html?fbclid=IwAR3eLi_IabG5rWSLIv-3vU68an4rJE99qjScgSOMk3i64inVgaEYDq78rj4&ref=https:%2F%2Fl.facebook.com%2F

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