La ONCE reivindica que el sistema Braille se convierta en un idioma.


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Este sistema de lectoescritura une a millones de personas ciegas y les permite acceder a la educación, la cultura, el ocio o la información

La ONCE apoya que el sistema de lectoescritura Braille se convierta en un idioma. Con esta reivindicación, la Organización se suma a los actos de celebración del Día Mundial del Braille, que tuvo lugar ayer, 4 de enero.

El sistema de lectoescritura Braille une a millones de personas ciegas de todo el mundo a la hora de acceder a su educación, a la lectura, a la información, al ocio, al empleo, o para identificar los objetos que les rodean. Por eso, el Braille continúa jugando un papel muy importante para dar autonomía a las personas ciegas.

La ONCE, además de  defender y promocionar el uso del Braille entre sus afiliados, vela por su correcto uso y por su implantación masiva en todos aquellos productos de uso cotidiano que permitan su etiquetado en este sistema.

El Braille es una herramienta para la educación que los niños con discapacidad visual grave reciben en los Centros de Recursos Educativos de la ONCE y en las aulas de educación integrada del Estado. Ante la tentación de prescindir del Braille, la ONCE hace más hincapié para que los alumnos ciegos no pierdan contacto con este sistema de lectoescritura. El alfabeto Braille les permite tomar apuntes, leer un libro, etiquetar su ropa, sus libros y su música favorita, entre otras cosas.

La ONCE produce cada año adaptaciones al Braille de los libros de texto que los alumnos con discapacidad visual necesitan, y de los libros de ocio o de estudio que les apetezca leer. Y lo mismo para cualquier otro afiliado a la ONCE.

Para garantizar el uso correcto del Braille, dentro y fuera de la ONCE, y que no quede un signo en tinta sin su correspondiente en este sistema, la ONCE creó en 1984 la Comisión Braille Española (CBE), que determina los requisitos que debe cumplir un signo braille para que pueda ser leído fácilmente con la yema de los dedos. Desde la altura de los puntos al material utilizado para su impresión, todo se analiza para que pueda ser leído con facilidad por las personas ciegas.

De la importancia que la Comisión Braille Española tiene, da cuenta el hecho de que cada año, más de 100 empresas solicitan asesoramiento a este organismo para etiquetar productos o señalizar instalaciones, con el objetivo de que el sistema Braille se utilice correctamente.

Además, la Comisión Braille Española valora las propuestas y asesora sobre la aplicación de las normas vigentes sobre la transcripción a sistema Braille, atendiendo a las Administraciones Públicas y a empresas de servicios y productos de gran consumo, fabricantes de galletas, conservas, cosméticos, bebidas, cereales para bebés, etc. están sensibilizados con la utilización del Braille y ofrecen sus productos etiquetados correctamente.

Esta Comisión se ocupa de estudiar la señalización en Braille de instalaciones. Además, a empresas y entidades que lo soliciten, la Comisión Braille Española les facilita conseguir el sello de calidad que avala, para un producto concreto, la correcta utilización del Braille en el etiquetado.

La CBE vela por que las personas ciegas que deseen ejercer su derecho al voto cuenten con las herramientas en Braille que les permita hacerlo autónomamente, como ocurrió el pasado 20 de diciembre. También se preocupa porque el Braille que se incluye en los envases de los medicamentos y otros productos esté correctamente escrito y se lea fácilmente;  y por que las fórmulas matemáticas y químicas, los circuitos eléctricos y los movimientos de ajedrez sigan siendo el mismo galimatías indescifrable, pero en Braille.

El Braille en la sociedad

Desde envases de medicamentos hasta botoneras de ascensor, desde champús a cartas de restaurantes, el Braille se hace cotidiano. Son muchas las empresas que ya han adoptado la rotulación en Braille en sus productos, y la ONCE pretende que, poco a poco, se vayan uniendo muchas más.

El caso de los medicamentos es quizá el más obvio, por las repercusiones que puede tener al tomar un fármaco equivocado -y de ahí que la nueva ley del medicamento haya hecho que esta medida sea de obligado cumplimiento. Pero hay muchos otros productos de la vida cotidiana que, si estuvieran correctamente etiquetados en Braille, facilitarían las cosas a las personas ciegas y con discapacidad visual.

Los envases de multitud de productos se diferencian, al tacto, en muy poco o en nada: cajas, botes, frascos, botellas y latas, son en ocasiones imposibles de distinguir si la persona ciega no puede leer su etiqueta.

El sistema Braille, casi 200 años después, sigue vigente y más vivo que nunca. Ninguna persona ciega debe ni tiene por qué prescindir de él o sustituirlo por otro sistema de acceso a la información, y por eso la ONCE quiere unirse a la Unión Mundial de Ciegos y a muchas otras instituciones de todo el mundo en la celebración de este Día Mundial del Braille, y mantener su compromiso de poner todos los medios a su alcance para que el Braille no deje nunca el lugar de privilegio que le corresponde.

fuente: www.once.es

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