Inculcar la disciplina a tus hijos según su edad (de 2 a 13 años)


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Según la edad de tus hijos puedes aplicar ciertas medidas que te ayudarán a definir los límites y a que sepan qué es correcto y qué no lo es. De hecho, según su edad, serán capaces de entender unas lecciones u otras y a medida que vayan creciendo, tus respuestas tendrán que variar.

De 0 a 2 años:

  1. En esta edad, los pequeños empiezan a descubrir su alrededor y suelen tener una gran curiosidad. Es por eso que es importante que elimines de su entorno cualquier elemento que pueda ser atractivo para ellos y que no puedan utilizar todavía o sea un peligro, como reproductores de música, joyas, productos de limpieza o medicamentos. Si se acercan a alguno de ellos tu reacción debe ser decirles “No” sin perder la calma, alejarlos del lugar e intentar que dirijan su atención hacia otra actividad.
  2. Puedes utilizar la técnica “tiempo fuera”, por la cual les dejes unos dos minutos solos en un lugar sin estímulos y distracciones, pues más de dos minutos no son eficaces todavía en esta edad.
  3. Si tienen cerca de dos años, además, ya les puedes explicar por qué, no está bien lo que han hecho.

De 3 a 5 años:

  1. A esta edad ya empiezan a entender la relación entre las acciones que realizan y las consecuencias que éstas tienen. Así, es importante que les expliques a tus hijos qué se espera de ellos, las normas que deben cumplir y el porqué de éstas.
  2. Sé coherente con estas normas: haz que las respeten siempre, y sobre todo, respétalas tú.
  3. A esta edad también puedes utilizar el “tiempo fuera”.
  4. Recuerda que reconocer y recompensar su buena conducta es muy importante, así como destacarles lo que deben hacer más que decirles lo que no deben hacer.

De 6 a 8 años

  1. No les amenaces con castigos imposibles: seguramente no acabarás cumpliéndolos y pueden quitarte autoridad. Además, también pueden desmotivar a los niños y no cambiar su forma de actuar por pensar que lo tienen todo perdido.
  2. Cumple con tu palabra: la coherencia es crucial a estas edades para no perder autoridad. A pesar de todo, eso no significa que no puedas dar segundas oportunidades.
  3. El “tiempo fuera” también es eficaz en este momento, así como enunciar las consecuencias de las malas conductas.

De 9 a 12 años:

  1. Imparte disciplina apelando a las consecuencias naturales de sus acciones: es decir, si no hacen los deberes, deja que vayan a la escuela y les pongan una mala nota. Cargar con esta responsabilidad les hará prender. Si con estas consecuencias no cambian, debes ser tú quién imponga vuestras propias consecuencias.

A partir de los 13 años:

  1. Fija las normas en su rutina diaria: ya sea sobre los deberes, visitas de los amigos y hora de volver a casa: los adolescentes también necesitan límites, aunque las bases de la disciplina ya las hayan asimilado.
  2. Permíteles cierto grado de control sobre su vida: deja por ejemplo, que tomen sus propias decisiones sobre su modo de vestir, peinarse o decorar su habitación. Esto hará que respeten las decisiones que todavía tú tienes que tomar por ellos.
  3. Recompénsales también positivamente: por ejemplo, déjales volver a casa un poco más tarde si se portan bien.

Prevenir la mala conducta

Evitar las malas conductas también es sinónimo de prevenirlas. Es por eso que antes de que tus hijos hagan una mala acción ya has tenido que tomar medidas para evitarlo. Las principales medidas para evitar las malas conductas en los niños son:

  1. Explícales las consecuencias positivas de una buena conducta.
  2. Es importante que sepan también cuáles son las consecuencias negativas de la mala conducta.
  3. Crea oportunidades para que tus hijos observen y practiquen habilidades interpersonales y académicas.
  4. Supervisa a tus hijos: sé consciente de dónde y con quién están.
  5. Si tus hijos son adolescentes, evita que se ven envueltos en situaciones que faciliten conductas problemáticas.

Así pues, cuando tus hijos no se comporten como deben, ya sabes que la clave es saber qué hacer y qué decirles, hacerles entender por qué algo no está bien y enseñarles a corregirlo. Se trata pues, de hacer que refuercen sus conductas positivas y no de llevar a cabo acciones que puedan bloquearles. Además, recuerda que la prevención y la educación temprana en estas normas evitará que los niños crezcan desarrollando conductas negativas.

Fuente: www.faros.hsjdbcn.org

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