Cuatro maneras de enriquecer el vocabulario de los niños, clave para mejorar su capacidad de expresión


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El desarrollo del vocabulario, el conjunto de palabras que conoce y usa una persona, es una necesidad dentro de los procesos de aprendizaje, tanto académicos como no académicos, de todo niño.

Los más pequeños se encuentran en pleno proceso de elaboración de su vocabulario, una herramienta que les servirá en el futuro para construir relaciones, acercarse al mundo y encontrar su lugar.

De hecho, muchas rabietas tienen como causa la incapacidad del niño o niña de encontrar palabras para comunicar lo que sienten o piensan. Cuando disponen de las palabras adecuadas para expresarse, las rabietas suelen moderarse e incluso desaparecer. Otro ejemplo de la importancia de disponer de un vocabulario amplio y variado: cuando los niños entienden las palabras que usan sus profesores, su aprendizaje es más rápido y más sólido. Es más, si lo que el niño lee tiene sentido para él, antes adquirirá el gusto por la lectura. 

En el aula escolar se analiza la lengua, se aborda la gramática, se aprende un segundo o incluso un tercer idioma y los niños aprenden a conjugar los verbos. Sin embargo, la familia juega un rol fundamental en la ampliación del vocabulario. En concreto, los bebés aprenden sus primeras palabras leyendo los labios de sus padres. Por ello, ten en cuenta:

  • Háblale claro a tu hijo, como lo harías a otro adulto: no uses diminutivos ni palabras demasiado infantiles.
  • No dudes en utilizar palabras complicadas en vuestras conversaciones, siempre que le expliques qué quieren decir, sin aburrirle.

Cuatro consejos para estimular el lenguaje del niño:

1. Conversar

Las familias que dialogan y se comunican están unidas. Los niños suelen ser unos charlatanes, siempre que sientan que sus padres están receptivos y que tienen ganas de hablar con ellos y de escucharles. De los abuelos aprenden expresiones de otras épocas, y entre hermanos suelen inventarse palabras que solo ellos entienden. Los momentos más propicios para fomentar el diálogo con tus hijos son durante la comida o la cena, la hora de irse a la cama, el trayecto del hogar al colegio o los viajes.

2. Escuchar y leer historias

La lectura es el medio ideal para enriquecer el vocabulario de tu hijo sin que se dé cuenta. A pesar de esto, algunos padres suelen experimentar dificultades para ello. Elige para ellos libros divertidos y didácticos (¡en Faros encontrarás muchos para escoger!), cómics, historias narradas en CD o canciones. A todos los niños, y a los mayores, les gustan las buenas historias.

3. Jugar

Hay infinidad de juegos en los que interviene el lenguaje. Los juegos verbales en los trayectos en coche, los juegos de mesa o algunos videojuegos permiten que los niños adquieran vocabulario mientras se lo pasan bien. Probad con las adivinanzas o con el tradicional “veo veo”. Otro juego muy divertido, y que además ejercita la memoria, es el de “he ido al mercado y he comprado…”: añade una palabra a la lista, tu hijo la repetirá y añadirá una nueva, y así sucesivamente, hasta que uno de los participantes falle.

4. Realizar actividades durante el tiempo libre

Lo que se realiza durante el tiempo de ocio también enriquece el vocabulario de los más pequeños. Por ejemplo, cocinad juntos con libros de recetas para niños, o proporciónale cuadernos de actividades en vuestras visitas a museos y otros lugares turísticos para aprender de otras culturas o ciudades. Tras las vacaciones o las salidas familiares, cread juntos álbumes de fotos o blogs en los que ellos participen explicando sus vivencias con sus propias palabras.

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