Compras navideñas para discapacitados: ¿misión imposible?


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Las personas con discapacidad intentan participar estos días de las compras navideñas. Un reto anual que consiguen superar con una gran dosis de paciencia y buena voluntad. «Los pequeños comercios no se encuentran dentro del margen que estipula la ley para poder ser accesibles», asegura a Servimedia el presidente de la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (Famma-Cocemfe) de la Comunidad de Madrid, Javier Font, que añade que esto les «obliga a ir a centros comerciales, es decir, donde podamos y no donde queramos».

La alternativa, propone Font, es el comercio electrónico o «habilitar estos espacios a personas con movilidad reducida. Lo que pedimos no es otra cosa que la de poder pasar, algo que no le va a suponer al propietario un gran desembolso, simplemente necesitamos un acceso».

En el caso de las personas ciegas, explica a Servimedia José Pedro González, afiliado a la ONCE, «siempre es mejor contar con la ayuda de alguien que vea, sobre todo si se quiere regalar ropa, joyas o bisutería. Pero no siempre es posible… y el ser ciego no te va a privar del placer de regalar a las personas que quieres».

Por ello, explica que a lo largo del año toma nota «de las cosas que les gustan a mis seres queridos e intento hacerme, con discreción, de una descripción de cada una de ellas y de la tienda donde las han visto».

Por otro lado, suele «acudir a los comercios con tiempo y a las horas en las que hay menos público, así los dependientes te pueden atender mucho mejor. También es bueno acudir a aquellos establecimientos donde es más fácil cambiar el producto».

Por último, nos advierte que las compras navideñas hay que tomárselas con deportividad porque «pese a la buena voluntad, muchas veces no se acierta. Hay que tomárselo con buen ánimo, sin hacer un drama y facilitando al receptor del regalo la posibilidad de cambiarlo sin ningún compromiso».

Respecto a las personas sordociegas, Javier Gutiérrez, mediador y coordinador técnico de la Fundación ONCE de Atención de Personas con Sordoceguera (Foaps), nos ha explicado que «cuando una persona sordociega va a comprar hay que darle toda la información de lo que sucede a su alrededor: si hay mucha gente, si hay adornos navideños, música… Las personas sordociegas no ven ni oyen y nosotros suplimos sus sentidos».

Si la persona sordociega sabe lo que quiere comprar, el mediador le facilita donde hay tiendas para hacerlo y, en caso contrario, hay que ayudarle. Si por ejemplo, aclara Javier, la persona tiene claro el bolso que busca (color, tamaño, cremalleras…), me cuenta cómo es y yo se lo interpreto a la tendera para que así, acotemos y ella no tenga que ir tocando todos los bolsos». «En una ocasión, recuerda este mediador, recorrimos ocho tiendas hasta que la señora encontró el bolso que le gustaba».

Fuente: www.solidaridaddigital.es

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