Artículo de nuestro compañero Samuel Herrera sobre la importancia de acudir a terapia psicológica en los momentos difíciles.


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       A lo largo de la vida de cualquier persona existen numerosos “momentos”. En estos momentos, podemos vivir etapas en las que parece que todo nos va bien, la suerte nos sonríe y cuanto nos proponemos lo conseguimos. Son etapas que pueden durar años y experimentar durante ese tiempo una felicidad plena. Pero del mismo modo que existen esos momentos de nuestra vida llenos de alegría, también podemos encontrar otros momentos: momentos difíciles, duros, en los que la situación nos supera y los problemas parecen que nunca vienen solos.

     Es entonces cuando nuestro cuerpo empieza a decirnos que algo no va bien y comienzan extraños dolores de cabeza, taquicardias, falta de atención o de concentración, insomnio, aumento o disminución del apetito, pequeños lapsus de memoria, nervios… En estos momentos de dificultades, ya sea tras la aparición de estos síntomas o bien con anterioridad, si queremos prevenirlos, es cuando las personas pueden beneficiarse de la ayuda de un profesional de la psicología sanitaria. Un psicólogo/a que estreche la mano de su paciente y le ayude a encarar el inicio del camino que cada persona debe recorrer para volver a retomar el bienestar de su vida diaria.

     Como psicólogo sanitario ofrezco un servicio de terapia que se centra en promover el desarrollo personal de cada paciente, impulsor de cambios.

    La base primordial de mi actuación profesional se fundamenta en la convicción de que cada persona construye su propia realidad, su propio mundo, en función de sus experiencias, de sus creencias, de su personalidad, de su familia y allegados, etc. Por tanto, mi labor como psicólogo consiste en dos aspectos: en primer lugar, legitimar su mundo y sus experiencias, esto es, que el paciente sepa que no existe un único modo de vivir su vida, que el terapeuta no juzga lo que la persona quiera compartir con nosotros; y en segundo lugar, establecer juntos qué cosas queremos cambiar y acordar qué estrategias podemos llevar a cabo, las cuales se ajustarán a la construcción de cada mundo o de cada realidad en función de la persona. Para realizar lo mencionado, trabajo desde una terapia breve (siempre que es posible), centrada en soluciones y con una orientación cognitivo-conductual.

     También mi actuación refleja las influencias del construccionismo social, por lo que pongo énfasis en las palabras que utilizamos a diario. Finalmente, hago hincapié en centrarnos más en el momento presente, poner nuestra atención en el aquí y el ahora, lugar donde en mi opinión radica la felicidad.

    A continuación les muestro un listado de mis campos de actuación:

  •  Estimulación Cognitiva para mayores con demencia.
  •  Intervención con Cuidadores, Familiares de personas dependientes.
  •  Duelos.
  •  Problemas de Ansiedad, del estado de Ánimo, Autoestima, Miedos, Insomnio, o Apetito.
  •  Escuela de Padres.
  •  Terapias de pareja.
  •  Grupos de Ayuda Mutua.

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