¿Qué le pasa al cerebro a medida que envejecemos?


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¿Qué le pasa al cerebro a medida que envejecemos?

El cerebro sufre grandes cambios desde el nacimiento hasta la vida adulta. Se han documentado varios cambios anatómicos en distintas áreas cerebrales asociadas a la disminución de peso y volumen secundario a la pérdida de procesos neuríticos e incluso degeneración neuronal. Sin embargo, es difícil predecir el efecto de estos cambios anatómicos, adicional a que la pérdida de la función antecede al cambio anatómico. Por ejemplo, las neuronas pierden conectividad y función integrativa. Estudios de imagen funcional han mostrado que tareas que requieren actividad neuronal coordinada por distintas áreas del cerebro, se encuentran menos coordinadas en personas adultas mayores. Estos cambios en integración neuronal se asocian a un pobre desempeño en pruebas cognitivas que evalúan distintos dominios de la función mental. También se ha registrado que la actividad neuronal concentrada existente en jóvenes se pierde en los adultos mayores, lo cual podría indicar la compensación de áreas no generalmente asociadas a ciertas funciones, activándose para realizar las tareas de áreas que han degenerado.

También se han estudiado los cambios en el perfil de expresión genética. Por ejemplo, en la corteza prefrontal se ha documentado menor expresión de genes que codifican para la expresión de proteínas involucradas en la inhibición mediada por el neurotransmisor inhibitorio GABA. Debido a que esta sustancia química se encarga de contrarrestar los efectos tóxicos del activador glutamato, las neuronas se vuelven susceptibles a la neurotoxicidad por glutamato. Otros cambios de expresión génica que sugieren disfunción neuronal son cambios en función de la fábrica energética de las células, las mitocondrias. La respuesta inflamatoria se encuentra aumentada (esto también se ha documentado en otras partes del cuerpo y ha sido el puntapié de lo que se conoce como “inflammaging”, que se cree es un motor del envejecimiento), así como genes involucrados en diversas funciones neuronales, de comunicación entre ellas, y con otras células como la glia. Todas estas últimas funciones se han documentado disminuidas.

Se considera que todos estos cambios anatómico-funcionales pueden ser retardados, enlentecidos o incluso revertidos.

La plasticidad del envejecimiento

La biogerontología como área del estudio del envejecimiento es relativamente nueva. Tuvo su primera revolución tarde, en la década de los 1980’s y prinicipios de los 1990’s, con las maravillosas observaciones de que cambios en un solo gen podrían prolongar el tiempo de vida de modelos animales de laboratorio. Aun cuando cambios en la longevidad no son el objetivo primordial, los mutantes descubiertos mantenían integridad de funciones por mucho mayor tiempo. En ocasiones cuando el grupo de organismos control habían fallecido en su totalidad, los mutantes apenas empezaban a morir y el 50% o más aun mantenían parámetros de salud observados durante etapas tempranas de la vida. Estos fascinantes descubrimientos más que indicarnos que tenemos que mutar a la gente para que viva sana por más tiempo, nos señalan que hay ciertos genes que producen ciertas proteínas que pueden ser modulados con grandes efectos en longevidad y salud. A 30 años de estos hallazgos iniciales la biogerontología ha avanzado enormemente describiendo vías de señalizacion celular (conjuntos de proteínas y enzimas que funcionan de manera coordinada para ejecutar ciertas funciones celulares) que pueden regular el tiempo de vida, pero más importantemente el tiempo de vida saludable. Esto quiere decir que el envejecimiento es plástico, es decir puede alterarse. Si puede alterarse quiere decir que es posible que en algún momento encontremos maneras en las que los logros alcanzados con modificaciones genéticas en modelos animales puedan aplicarse a humanos probablemente con la ayuda de fármacos.

Esta área de la biología del envejecimiento está literalmente explotando, y se han hallado fármacos (incluso algunos aprobados para el consumo humano) que han logrado enlentecer el proceso del envejecimiento en organismos de laboratorio. Aun queda mucho por hacer, pero el futuro de esta área parece ciertamente alentadora.

En próximas ocasiones discutiré otros tópicos que pueden ser de interés. Algunos de ellos son los siguientes:

  • ¿Por qué el envejecimiento aumenta mi susceptibilidad a padecer enfermedad de Alzheimer?
  • De las cremas anti-arrugas a la salud cerebral. Aquí discutiré cuánta verdad hay en las llamadas terapias anti-envejecimiento y sus efectos en la salud.
  • Rejuvenecimiento, la terapia de vámpiros que aumenta la función neuronal en organismos viejos.
  • La dieta perfecta para mantenerse joven y brillante: ¿existe?                                                           Autor: Jorge Iván Castillo Quan

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