Sobreprotección infantil, inseguiridad adulta.


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Se define como el exceso de cuidado y/o protección de los hijos por parte de los padres.

Este exceso de cuidado, obedece al temor del adulto respecto al hecho de que sus hijos crezcan y comiencen a ser independientes.

En los niños con discapacidad la sobreprotección se debe al pensar que ellos no son capaces de aprender determinadas actitudes o acciones, que si les permitiéramos, los enseñaríamos a ser más independiente de los adultos.

Es una sensación frecuente en las madres por el vínculo que existe entre ellas y sus hijos, aunque no quiere decir que los padres no lo experimenten, pues ellos también pueden tener conductas de sobreprotección frente a sus pequeños.

La sobreprotección se registra con mayor frecuencia en los padres primerizos y en los padres con un niño con discapacidad; y obedecen a su ansiedad por crear un mundo ideal para su primogénito y dejar atrás los errores que, según ellos, cometieron sus padres. En el caso de los niños con discapacidad la sobreprotección tiene el objetivo de proporcionarle lo que él no puede hacer por sí mismo y “cuidarlo” del medio ambiente que le rodea, debido a que frecuentemente el entorno es visto como amenazante para su “pequeño”. La mayoría de los padres con niños con discapacidad ven a su hijo como “pequeño” toda su vida, sin considerar su edad cronológica.

¿CÓMO ACTÚA UN PADRE SOBREPROTECTOR?

Los padres sobreprotectores tienden a limitar la exploración del mundo por parte de su hijo, pues temen que pueda golpearse o lastimarse si se mete debajo de una mesa, detrás de un sofá, entre unos arbustos o si intenta alcanzar un juguete o un objeto llamativo que está en la parte alta de un estante.

Normalmente, frente a estos “peligros”, los padres sobreprotectores expresan frases como: “No te metas ahí que te puedes raspar”, “No toques eso que está sucio”, “Con cuidado, por favor”, y otras similares.

Con frases y comportamientos como estos en los cuales se limita al niño en su exploración del entorno, se hace evidente la inseguridad de los padres frente al desarrollo de su hijo, a quien además, le empiezan a transmitir esas inseguridades.

Se pierden, entonces, lo mejor de la infancia de sus hijos porque siempre están angustiados por lo que les pueda pasar.

Características:

En la consulta pediátrica, le indican al especialista que el menor “no introduce nada en su boca” o “no agarra objetos que no se le permitan y que no se los pase yo”.

El uso del mismo lenguaje del niño para comunicarse con él: no se le habla claro ni se le estimula el aprendizaje de nuevas palabras, porque para el padre basta con que el niño le señale un objeto o haga un gesto para obtener lo que quiere sin aprender a pedirlo verbalmente.

¿CÓMO ES UN NIÑO SOBREPROTEGIDO?

  • Tímido.
  • Le cuesta alejarse de sus padres (especialmente de mamá).
  • Inseguro de lo que hace y de su relación con los demás. Busca la protección de quienes lo rodean.
  • Llora intensamente. Especialmente durante los primeros días de preescolar y, en algunos casos, la mamá debe ingresar al jardín de niños para acompañar a su hijo mientras se acostumbra a ese nuevo espacio y a las personas están cerca de él.
  • Nervioso y algo solitario. Para él es complicado relacionarse con otros niños de su misma edad y tiende a aislarse un poco.
  • Dificultad en el desarrollo del lenguaje y, por lo mismo, para escribir y comprender. Esto se supera en el colegio, pero el choque para el niño en ocasiones es fuerte porque puede sentirse presionado para rendir igual que los otros.
  • Pocas veces asume la responsabilidad de sus actos porque está acostumbrado a que sus padres lo hagan por él.

CÓMO EVITAR ESTA SITUACIÓN

Evitar la sobreprotección es complicado, pues se puede llegar a ella en el momento menos pensado y sin que los padres lo noten.

Es necesario tener en cuenta tres principios fundamentales en la crianza de los niños: amor, disciplina y respeto.

Con estos se puede brindar al niño una crianza equilibrada en la cual hay afecto, educación y se le enseña el respeto por lo que hace y lo que hacen los demás.

Siempre se le debe permitir al niño que explore su entorno pero con supervisión. Lo ideal es que los padres lo acompañen en esa exploración para que pueda aprender con seguridad y se creen lazos más fuertes. De esta manera, se le brinda más confianza y se le permite interactuar con el mundo.

Lo ideal es proteger, no sobreproteger, y esto se logra confiando en su capacidad para relacionarse con otros.

Hay que estimular al niño para que investigue y, sobre todo, hablarle claro para que se relacione con los demás seguro de sí mismo y no se sienta relegado.

En el caso de los niños con problema de lenguaje; este se retrasa aún más porque los padres no exigen mayor esfuerzo en el lenguaje verbal de sus niños porque ya los están disculpando por su problema

EL ARTE DE SER PADRE ES DEJAR DE SER INDISPENSABLE LO ANTES POSIBLE.

Yo sé que quiere a su hijo, pero debemos permitirle para que aprenda.

La sobreprotección discapacita e incrementa el retraso en sus niños.

La sobreprotección lleva a que su hijo lo maltrate.

La educación no es una lucha de poder entre los padres; uno permite y el otro pone límites; es llegar a buenos objetivos ambos.

Sea duro con el problema ….Y sea suave con la persona.

Sea claro con la conducta que no se acepta, pero sin invalidar a los hijos.

Los malos hábitos adquiridos cuando nosotros éramos niños son difíciles de quitar y los transmitimos a nuestros hijos: Si nos sobreprotegieron, sobreprotegemos.

LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS ES RESPONSABILIDAD DE AMBOS PADRES

EL SOBRECONTROL TAMBIÉN ES MUY NEGATIVO …PORQUE EL NIÑO MÁS TARDE SE SOMETERÁ CON PERSONAS AUTORITARIAS.

Existen padres de CUERPO PRESENTE pero no se involucran con la educación de sus hijos, por lo tanto se debe fomentar calidad en la interrelación padres-hijos.

También puede suceder que la madre al término del día ya está cansada y ya se desgastó la relación con sus hijos y agoto sus estrategias. Es entonces cuando llega el padre que está fresco para relacionarse con sus hijos y ellos muestran mejores conductas. Es por eso que los niños le hacen caso al padre cuando llega del trabajo. El padre debe apoyar en la educación de los niños y continuar con los límites impuestos por la madre para que no se rompa la armonía y la disciplina con los hijos.

Recuerda: Amor, Disciplina y Respeto, son las cosas que tu hijo necesita para fortalecer autoestima, tener seguridad en sí mismo y favorecer la independencia.

http://discapacidadypsicologia.blogspot.mx/2013/06/sobreproteccion.html

 

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