El primer ‘traductor’ para atender a niños con autismo.


Un equipo de Enfermería del Hospital Macarena diseña un protocolo y un manual, que se extenderá a otros centros, para facilitar la comunicación y humanizar el servicio público.

 

Un equipo de Enfermería del Hospital Macarena ha creado un manual para favorecer la comunicación del personal hospitalario (médicos, enfermeros, auxiliares, celadores, etcétera) con los niños con autismo. El manual consiste en una serie de paneles con pictogramas que describen los procesos en el hospital, en un lenguaje comprensible para los pequeños con TEA (trastornos del espectro autista). La traducción mediante pictogramas facilita su comprensión, de modo que evitará la frustración de los niños y, por tanto, las posibles rabietas. Este proyecto requiere de la implicación del personal hospitalario, especialmente de Pediatría y de su área de Urgencias.

«Son niños que, al no comprender los cuidados en el hospital, terminan frustrados y muchos de ellos tienen que someterse a sedación para pruebas tan sencillas como es una extracción de sangre. Mediante los pictogramas tratamos de explicarles en qué consiste, por ejemplo, una extracción de sangre, de modo que lo comprendan, se sientan seguros y tranquilos», explica Inés María del Barco, enfermera de Urgencias de Pediatría y promotora de la iniciativa.

LA ESCUELA DE SALUD PÚBLICA HA PREMIADO ESTE PROYECTO DEL HOSPITAL MACARENA

Los TEA son un conjunto de trastornos del desarrollo, de origen neurobiológico, que se manifiestan en los tres primeros años de vida. Se estima que el autismo afecta a uno de cada 166 niños en etapa educativa. Las personas con TEA muestran desde su nacimiento «dificultades importantes para comprender el mundo social y comunicactivo en el que viven; sin embargo, son excepcionalmente capaces en otros ámbitos de desarrollo, concretamente en la capacidad visual», explica Marcos Zamora, director general de Autismo Sevilla, entidad que ha participado en la creación del manual sanitario. El desarrollo de este traductor, basado en pictogramas, ha contado además con la colaboración de María Jesús Mula y Jesús Díaz, enfermeros supervisores de Pediatría en el Hospital Macarena; María del Carmen Reyes y Julián Cabeza, enfermeros; Carmen de Los Santos, auxiliar de enfermería; y María Pérez-Godoy, estudiante de cuarto de Enfermería.

«Los niños con autismo tienen enormes dificultades para la comprensión del lenguaje, para anticipar acontecimientos y establecer relaciones entre procedimientos sanitarios y causas beneficiosas para la salud. Son excelentes pensadores visuales, por lo que necesitan tener una información visual para facilitar su entendimiento y tener éxito en las intervenciones en salud», añade Del Barco. El manual y el protocolo para facilitar la comunicación en el ámbito hospitalario se convertirá en una aplicación informática, en fase de desarrollo, para su posible implantación en otras áreas hospitalarias y centros.

«Hemos empezado con los niños, pero también queremos adaptarlo a los adultos», asevera María Jesús Mula, coordinadora de Enfermería. Los pictogramas ya se utilizan en este hospital universitario, gracias a la colaboración de los profesionales.

El proceso se centra en explicar mediante los pictogramas en qué van a consistir los cuidados que van a recibir, de modo que el niño con autismo llegue a comprenderlo y evitar, de este modo situaciones que para ellos resultan desconcertantes. Al mejorar esta comunicación, los objetivos, entre otros, son: «Reducir el número de rabietas y problemas de conducta; aumentar la seguridad; promover y facilitar su colaboración y la de su familia durante el proceso de atención y enfermedad; disminuir el riesgo de lesiones, y promover experiencias positivas de salud», según consta en el apartado «resultados conseguidos o esperados» del proyecto.

La iniciativa de crear un traductor hospitalario para los niños con autismo surgió de un grupo de enfermeras del servicio de Urgencias pediátricas partiendo de las necesidades que han detectado cuando un niño con autismo acude a este servicio, entre las que destacan: frecuentes rabietas y problemas de conducta importantes, que impiden la colaboración del niño autista en el proceso de atención y curación, debido principalmente a la falta de información adaptada a su manera de entender los procesos. «Para un niño con autismo es muy desconcertante, por ejemplo, permanecer en una sala de espera, y su especial situación debería ser tenida en cuenta en las consultas», añade Inés del Barco. Los niños con autismo poseen una memoria excelente, de modo que las experiencias, positivas y negativas, influyen de manera determinante en futuros cuidados de salud que requieran

Bajo el título Estrategias facilitadoras de comunicación con el niño autista en el ámbito sanitario, este proyecto recibió la pasada primavera un premio de la Escuela Andaluza de Salud Pública a Las mejores intervenciones de alfabetización en salud.Y el pasado 24 de abril el equipo del Macarena cedió este premio en metálico (2.000 euros) a la Asociación Autismo Sevilla. «Para Autismo Sevilla es un honor y un orgullo que, cuando alguien reciba un premio tan especial, piense en Autismo Sevilla como receptores del reconocimiento», comenta el director general de Autismo Sevilla.

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